Atributos de un Gerente Altamente Exitoso

lunes, 5 de noviembre de 2007

Prácticamente todo gerente quiere hacer un buen trabajo. Quieren hacerlo por una variedad de razones, incluyendo su progreso, visión y compromiso personal con la compañía con la que trabaja. Hacer un buen trabajo quiere decir que deben tener un buen entendimiento con sus empleados y deben poseer varias características que los hagan gerentes, entrenadores y mentores de cada persona que trabaja para ellos. Las siguientes son algunas características que un buen gerente debe poseer. No están en orden de importancia y dependen de su trabajo; puede haber otras características que son indispensables para el éxito. Todo buen gerente posee al menos las siguientes diez características.

Características Personales


Honestidad:
A nadie le agrada un mentiroso o alguien a quien le da miedo dar malas noticias. La honestidad implica más que simplemente decir la verdad. Ser honesto implica que usted siempre tratará a todos de la misma forma – incluso la gente por la que siente afecto y la gente que puede no agradarle personalmente. La honestidad también significa que usted siempre tratará cada situación, bien sea que esté tratando con clientes, proveedores, el público o sus empleados de una forma que sea directa y franca. No ser honesto puede acabar con la moral y establece un estándar débil para los empleados que usted lidera. Si usted es deshonesto, sus empleados también se sentirán más cómodos siendo deshonestos. Esto puede llevar a problemas con clientes y entre sus trabajadores.

Humildad: Toda persona tiene un ego y la gente más exitosa tienen egos saludables – pero usualmente también lo compensan con una dosis saludable de humildad. Ser capaz de permitir que otros reciban el crédito y dar el crédito cuando se deba es crucial para tener empleados felices y leales. A nadie le gusta un presumido o un fanfarrón, ni siquiera a los empelados más desinteresados. Ser humilde también crea un ejemplo para sus empleados. Los empleados no son niños, pero la mayoría de empleados replicarán el estilo de su gerente con el tiempo. Si usted siempre está concentrado en “distribuir la riqueza” por así decirlo, usted verá que la mayoría de sus empleados empezarán a imitar esa característica de su carácter.

Integridad: La integridad y la honestidad están relacionadas, pero son muy diferentes. La integridad es su compromiso con productos y/o servicios de calidad y su lealtad con la compañía, su trabajo y sus empleados. La integridad también es comprometerse a servirles a sus empleados y clientes al máximo de sus capacidades, todo el tiempo y haciéndolo de una forma abierta. A los gerentes que les falta integridad a menudo tienen problemas con aquellos empleados que también les falta integridad. Los gerentes anti-éticos por lo general atraen empleados anti-éticos y acaban con el espíritu de los buenos empleados. Las culturas corporativas que fomentan prácticas y hábitos anti-éticos casi siempre terminan por tener problemas con clientes, empleados e incluso con la ley.

Metodología
Imparcialidad: Tratar a todos los empleados por igual, incluso aquellos que le agradan o quienes no le importan, también es una calidad intangible que todos los buenos gerentes poseen. Crear un aura de imparcialidad en el trabajo no solo crea empleados más felices, también ayuda a fomentar un sentido de comunidad en el lugar de trabajo y ayuda a crear vínculos entre usted y sus empleados. El no tratar a todos de la misma forma puede llevar a problemas de moral, producción e incluso problemas legales si un empleado siente que está siendo tratado injustamente. Si trata a sus empleados con imparcialidad también facilitará las cosas cuando usted tenga que pedirles a sus empleados que se esfuercen más en sus rutinas laborales normales. Todo gerente tiene que hacer esto ocasionalmente y cuando tengan que hacerlo, la forma en que traten a sus empleados se verá reflejada en su reacción a sus solicitudes. Los gerentes que fomentan un aura de imparcialidad e igualdad disfrutarán de empleados que estarán dispuestos a sacrificar su tiempo para completar un proyecto o trabajar tarde. Los gerentes que no tratan a sus empleados con imparcialidad a menudo tendrán que lidiar con empleados que guardan resentimientos y no están dispuestos a hacer un esfuerzo adicional por el gerente o la compañía.

Apreciación:
A todos nos gusta que nos digan que estamos haciendo un buen trabajo y los empleados no son diferentes. Los buenos gerentes son comprensivos y elogian a sus empleados cuando se lo merecen. Si le muestra a sus empelados aprecio por un trabajo bien hecho es una forma fácil de general lealtad y también una buena ética de trabajo. Hay muchas formas de mostrar aprecio, pero la más fácil es la felicitación por un buen trabajo. Otras sugerencias son mostrar su aprecio invitándolos a almorzar ocasionalmente, abogar por primas de final de año y recordarles a los clientes su importancia para con la compañía.

Calma:
Los buenos gerentes también poseen un sentido de perspectiva. El no entrar en pánico o desesperación cuando las cosas salen mal es crucial para tener una relación abierta y saludable con sus empleados. Los jefes explosivos o pesimistas no solo incitan a sus empleados a hacer lo mismo sino que también intimidan a otros empleados. Los empleados que no se sienten bien al ir a trabajar son empleados que no harán el mejor trabajo posible. La era el gerente “agresivo”, maniático, ha quedado en el pasado. Con el desempleo en mínimos históricos, es difícil encontrar buenos empleados. Una forma de conservarlos y mantenerlos felices es asegurarse de siempre ser razonable y calmado cuando las cosas sean estresantes. Esto también dice mucho de usted como persona y no es algo perdido en todos sino en los empleados más cínicos. En NASCAR, hay un dicho, “las advertencias traen advertencias.” Esto se refiere a un accidente que genera más accidentes en la medida que los conductores se desesperan cada vez más por avanzar en la carrera. Lo mismo aplica a los empleados – si usted entra en pánico o entra en cólera muy seguramente creará una atmósfera que facilitaría que sus empleados hagan lo mismo.

Habilidades Profesionales
Aptitud: No hay nada como saber cómo hacer su trabajo y hacerlo bien. Esto no solo incluye la logística de su trabajo sino también sus habilidades gerenciales. Usted tiene que trabajar constantemente para mejorar sus habilidades gerenciales, de relaciones laborales, de mercadeo y de producción. Esto exige que usted participe en capacitación especializada siempre que surja la oportunidad. Esto es esencialmente cierto si su experiencia gerencial no incluye manejo de empleados o labores de recursos humanos. Dada la competitividad del campo laboral en general, es imperativo crear un entorno para sus empleados que resalte la aptitud en lo relacionado a hacer más sencillas las rutinas de trabajo. Los gerentes que no están capacitados adecuadamente o que necesitan pulir sus habilidades sufrirán para aplicar técnicas gerenciales y eso retardará el trabajo, complicarán los problemas y llevarán a problemas de moral. La aptitud en el lugar de trabajo entre los gerentes es una de las quejas más citadas que los empleados mencionan en múltiples entrevistas laborales.

Pensamiento Progresista: La mayoría de los empleados de hoy son mucho más “liberales” que hace veinte años en lo relacionado con el lugar de trabajo y cómo ven sus trabajos. La introducción de los “viernes casuales” ha creado una cultura corporativa más diferente que se concentra en mantener felices a los empleados y en inspirarlos a hacer un buen trabajo. Ser dado a aceptar sugerencias razonables de los empleados les mostrará que usted está tratando de moldear el lugar de trabajo para hacerlos lo más productivos y cómodos que sea posible. Así los hará más felices y más dispuestos trabajar con usted.

Habilidad de combinar visiones:
Un buen gerente será capaz de manejar las rutinas diarias de trabajo que realizan los trabajos y las estrategias más amplias que conforman los objetivos corporativos de la compañía. Ser capaz de combinar las dos es muy importante para mostrarles a sus empleados las razones para sus acciones. Usted no tiene que explicar cada pequeño detalle, pero si mantiene a sus empleados informados sobre sus estrategias, grandes, medianas y pequeñas, les ayudará en términos de moral y productividad. Usted también se sorprenderá de las buenas sugerencias que puede recibir de los empleados una vez entiendan toda la imagen y objetivos corporativos.

Comunicación: Los empleados a menudo se quejan de las decisiones de la gerencia que, para ellos, no tienen sentido. A menudo hay razones de fondo para estas decisiones, per muchos gerentes se rehúsan a compartir la lógica con sus empleados bajo la falsa suposición que los empleados no entenderán y que en últimas puede llevar a rumores y resentimientos. Hay algunas cosas en los negocios que se quedan en la gerencia, pero muchas veces los secretos solo llevan a traiciones, rumores y baja moral. Todos hemos visto la tira cómica Dilbert, una de las tiras cómicas más divertidas de todos los tiempos. En el centro de prácticamente toda historieta se ve la vieja lucha entre trabajadores habilidosos y “jefes con cabezas puntiagudas”. Esta historieta es muy popular porque muchos empleados piensan lo mismo que Dilbert y sus compañeros de trabajo – que su jefe es un idiota que toma decisiones a su antojo. En el caso de Dilbert, él tiene la razón, su jefe es un idiota. En la mayoría de casos, los jefes no son estúpidos sino malos comunicadores. Dedicar tiempo para explicar decisiones va de la mano con mantener a sus empleados felices y que sus rutinas de trabajo sean fluidas. Los empleados se sienten apreciados y trabajan más duro.

Como se mencionó, estas no son las únicas habilidades y atributos que posee un buen gerente. Son las principales características que ayudan a crear las bases para una rutina gerencial saludable. Si usted, como gerente, se concentra en estas, muchos de los problemas de la rutina laboral dejarán de surgir o desaparecerán.

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